jueves, 13 de noviembre de 2008

Se complicó situación del coronel (R) “no recuerdo” Moreno entre contradicciones e internas

Una nueva jornada de único testigo, fue la que se vivió ayer en el Tribunal Oral Federal, ante la presencia de quien fuera jefe del Grupo de Artillería de Defensa Antiaérea 141 (GADA 141), desde 1975, el coronel (R) Juan Carlos Moreno, a quien se lo podría rebautizar como el coronel “no recuerdo” Moreno, teniendo en cuenta que a casi un ochenta por ciento de las preguntas que se le hicieron, al comienzo de su testimonial, respondió precisamente con un “no recuerdo” seco y poco convincente. El la jornada de hoy puede haber dos careos, ambos con Moreno como principal protagonista, frente a Fernández Gez en uno y con Valentín Ledesma en el otro.

A punto tal fue su reticencia a contestar preguntas claves, que en un momento el defensor de Fernández Gez, Daniel Mercado sugirió irónico que “parece que usted no fue jefe del Grupo, sino más bien un cadete”, pero trató de dejar en claro que toda orden que hizo cumplir a sus subordinados, eran retransmisiones de órdenes recibidas por él, del mismísimo Fernández Gez.

Moreno se deslizó permanentemente entre contradicciones y los ya famosos “no recuerdo”, pero que lo más se puede destacar es cuando señaló con un rotundo “no” a la pregunta de si había dado la orden de detención de Graciela Fiochetti y otros en La Toma, entonces quien le había preguntado, dejó presente que en una declaración anterior, en la etapa instructiva, Moreno había admitido haber dado dicha orden. Inmediatamente descubierta su contradicción, y como queriendo recomponer su situación, volvió a decir que lo hizo, pero agregó que fue “cumpliendo órdenes del Comando de Artillería”, que estaba bajo el mando de Fernández Gez.

Moreno hizo un croquis del mando del Comando de Artillería Antiaérea 141 de San Luis, diciendo que había tres departamentos. El de “Personal y Logística, a cargo del teniente coronel López; el de Operaciones, bajo las órdenes del teniente coronel Quiroga, pero éste pasó a ser secretario del gobernador y lo sucedió el teniente coronel Osarán; y el Grupo de Inteligencia, al mando del fallecido teniente coronel Loaldi” y todos estos grupos estaban bajo la órbita del coronel Guillermo Daract. Según Moreno, todos los nombrados, “conformaban la Plana Mayor del Comando de Artillería, que dirigía Fernández Gez”.

Sobre la tarea del GADA 141, con respecto a la subversión, Moreno definió que tenían “tres pasos bien definidos: Detención, traslado y entrega a la policía” de las personas que le señalaba el Comando de Artillería, y respondió con un “se deduce que sí” a la consulta de si los detenidos eran entregados a la policía, para ser interrogados, dejando en claro que allí se podrían haber producido las torturas y apremios ilegales. El ex jefe del GADA 141, dejó más pegado al entonces teniente Dana, puesto que fue uno más que declara que era quien estaba al mando de los operativos militares, conjuntamente con la policía, especialmente en el realizado en La Toma, ese 21 de septiembre de 1976.

Resultó poco creíble, cuando dijo no saber qué había pasado con Fiochetti, pero admitió que “recibí de alguien la noticia de que esta chica había sido maltratada”, pero aseguró “no recordar” quién fue ese “alguien” que le comunicó el maltrato recibido por “esta chica”, en obvia alusión a Fiochetti.

“Japonés” Becerra

En la jornada de ayer, volvió a estar en el lugar reservado a los acusados, el “Japonés” Becerra, quien había sido internado en el Complejo Sanitario San Luis, por una descompensación en su estado de salud, pero antes del final del debate, su abogado pidió al tribunal permiso para que se retirara a recibir atención médica, puesto que volvió a sufrir otra descompensación.

Duros cruces entre el Presidente del Tribunal y la querella

En la jornada que pasó, se produjo un duro cruce entre el abogado de la querella, Enrique Ponce y el presidente del Tribunal, Raúl Rodríguez, que amenazó con renunciar cuando el letrado de la APDH le reclamó igualdad de trato con la defensa, ya que entendía que se le había coartado la posibilidad de preguntar.

La actuación de otro integrante del Tribunal, Roberto Nacif, fue la que puso paños fríos en la disputa. Rodríguez había tirado su sillón hacia atrás, se levantó: "Yo renuncio, si usted no está de acuerdo renuncio". Segundos antes le había pedido a Ponce que lo recusara si no estaba de acuerdo. Fue un momento de gran tensión en la sala. Finalmente la cosa no pasó a mayores.

Internas que pueden resaltar en un careo

No pueden haber dudas acerca de que Moreno, en toda su testimonial intentó sacarse de encima toda responsabilidad en el secuestro, tortura y asesinatos de distintas personas, sospechadas por los militares de tener actividades subversivas, dejándoselas directamente a su colega de armas Fernández Gez, lo que llevó al abogado de éste, a solicitar al tribunal un careo entre ambos. El otro que pidió un careo, fue el querellante Enrique Ponce, puesto que Moreno negó haberse entrevistado en 1976, con Valentín Ledesma, quien quería saber la suerte corrida por su hijo, luego que se lo arrebataron de sus manos a la salida de la Comisaría Segunda.

Desde el año 2005 en adelante, cuando se comenzó a saber que en San Luis se iba a juzgar a los acusados de delitos de lesa humanidad, durante la dictadura militar del ’76, Moreno comenzó a realizar una serie de reuniones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con distintos militares que actuaron en nuestra provincia, entre ellos Fernández Gez y Plá.

Daniel Mercado, defensor de Fernández Gez, quien participó de alguna de esas reuniones, fue quien intentó que el testigo dejara en claro el motivo de ellas, pero fue tan reticente y contradictorio a la hora de responder las preguntas del abogado, que éste le pidió al tribunal un careo entre ambos, para llevar luz a esta interna que pareciera arrastrará más acusados a la causa.

Una de las reuniones, fue cuando “fuimos con Quiroga y Daract, a la casa de Fernández Gez, a agradecerle unas copas que nos invitó”, pero al parecer fue una excusa, puesto que un irónico Mercado sentenció “soy su abogado y nunca me invitó una copa en su casa”, lo que generó sonrisas en los presentes, porque dejaba ver una condición de tacaño en su cliente.

“¿No fue para decirle que se tenía que hacer cargo de las acusaciones en San Luis, por el rango y cargo que ostentaba en 1976?”, fue la pregunta contundente de Mercado, tratando de que el testigo admitiera que la intención de las reuniones en Buenos Aires, tenían como único motivo que sólo Fernández Gez pague por los crímenes de lesa humanidad cometidos en nuestra provincia.

En un momento, Moreno señaló sobre las reuniones que “usted estuvo presente porque era nuestro abogado”, a lo que, un exaltado Mercado respondió “yo participé de esas reuniones, por eso conozco todo perfectamente, pero no lo hice como su abogado, porque no soy su abogado”, le remarcó.

De esa parte del juicio, se desprendió la furiosa interna, seguramente para salvarse de los cargos, que existe entre los ex militares que tuvieron alto rango y toma de decisiones en la época de la dictadura militar en San Luis. Esta interna, sin dudas, va a acarrear pedidos de detenciones y nuevas compulsas de esta causa.

Ledesma-Moreno

El otro careo solicitado, esta vez por Enrique Ponce, tiene que ver con una pregunta que le hizo el abogado, acerca de si había recibido, por esas épocas, la visita de Valentín Ledesma, quien estaba preocupado por su hijo, quien le había sido arrebatado de sus manos, según él por Becerra y Plá, entre otro, pero con un método tal, como para que pareciera que eran de Montoneros.

Moreno negó haber recibido a Ledesma, pero según éste, habían tenido una reunión, por lo cual se motivó el pedido del careo.

Informe: Carlos Rubén Capella
carlosrcapella@yahoo.com.ar

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