miércoles, 25 de febrero de 2009

Los represores desafiantes ante los alegatos del querellante




"Ni los van a encontrar nunca"

San Luis (Pelr) 25-02-09 "Ni los van a encontrar nunca", dijo desafiante por lo bajo una voz -presumiblemente de Carlos Pla- cuando el abogado querellante hacía un raconto de los padecimientos de las familias que no han recuperado el cuerpo de los jóvenes desaparecidos durante la dictadura militar, en el marco de los alegatos que comenzaron ayer en el juicio por crimenes de lesa humanidad que se ventilan en el Tribunal Oral Federal de San Luis. Ponce anticipó el pedido de cambio de carátula, que solicitará sea genocidio. Adelantó también que reclamará que se abra compulsa para que se investigue a otros militares y civiles que debieron necesariamente participar de la estructura del terrorismo de Estado y algunos de ellos en los fusilamientos de las Salinas. La actividad continúa hoy a partir de las 9 de la mañana.

Quien más demostró su enojo por el prolijo desglose de los hechos que hacía Enrique Ponce, culpando a todos quienes están sentados en el banquillo de los acusados, fue Carlos Pla, el hombre que con mano de hierro estuvo a cargo de la subjefetura de policía de San Luis en 1976 y personalmente estaba a cargo de los operativos antisubversivos. Ayer, Víctor David "El Japonés" Becerra permaneció la mayor parte de la audiencia recostado en una camilla por la dolencia que lo afecta.

Pla, en su indagatoria, negó haber participado de gran parte de los hechos que se le imputan, pero los testimonios de los detenidos lo señalaron en cada uno de esos lugares.

En la jornada de ayer, en una extensa exposición, Ponce, el letrado que representa a los familiares de las vìctimas y a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH SAN LUIS) historió lo ocurrido con cada una de las víctimas, desde el momento en que fueron detenidas y sus peripecias que terminaron en distintos destinos.

Graciela Fiochetti fue asesinada en las Salinas del Bebedero junto a Santana Alcaráz, según dijo con convicción el abogado, ya que la descripción del cuerpo del joven fusilado y posteriormente quemado su cuerpo, coincidiría con la del muchacho que fue sacado de las aulas de la Universidad Nacional de San Luis por dos hombres vestidos de traje. El cadáver fue enterrado como NN y Alcaraz continúa desaparecido.

Nada se sabe del destino de Pedro Valentín Ledesma, que fue visto en fotografías por varios testigos, mostradas por los mismos represores. Estaba muerto, con visibles signos de tortura.

Los hechos
A las 9,30 de ayer retornó la actividad en el juicio que se le sigue a tres policias y dos militares acusados por el secuestro y desaparición de dos personas y el asesinato de una joven en las Salinas del Bebedero, ocurrida en setiembre de 1976. También la tortura recibida por Víctor Fernández, "que fue detenido dos veces, pero existen tres actas de liberación", dijo su representante. Fernández, sobreviviente de aquellas jornadas, actúa también como querellante.

El Tribunal Oral Federal de San Luis está integrado por los jueces Raúl Rodríguez (presidente), Roberto Nacif , Roberto Burad y Héctor Cortez, este último en calidad de suplente, pero que tuvo activa actuación durante todo el desarrollo del plenario.

Durante la jornada, Enrique Ponce, el abogado de la querella desarrolló una parte de sus alegatos, exponiendo ante el Tribunal como fueron los hechos en los que resultaron daminificados Graciela Fiochetti -cuyo cuerpo fue entregado a los familiares en 1986-, Pedro Valentìn Ledesma y Santana Alcaraz, que permanecen desaparecidos.

Por estos sucesos ocurridos hace 32 años, luego de un enfrentamiento entre el Ejército y un civil (Carlos Cobos), que derivó en más detenciones de presuntos militantes montoneros, están acusados Miguel Ángel Fernández Gez, ex jefe del Comando de Artillerìa 141 con asiento en San Luis, Carlos Esteban Pla, el capitan militar que se desempeñaba como subjefe de la Policìa puntana y los ex policìas Juan Carlos Pérez, Víctor David "El Japonés" Becerra y Luis Orozco.

Ponce, en su extensa alocución, estimó que estaba debidamente probada la detención de Fiochetti en un procedimiento llevado a cabo en su pueblo de origen, La Toma, y su falsa liberación frimada bajo presión en la jefatura central de policía. También aseguró que està acreditado que la joven de 21 años "fue fusilada" con un tiro en la nuca por un grupo de al menos nueve personas, entre los que se encontraban algunos de los inculpados en el juicio, pero sostuvo que todavía faltaban más responsables de aquella ejecución "por la espalda y de rodillas" de la chica y otro hombre que presumiblemente serìa "Sandro" Santana Alcaraz, de acuerdo a los testimonios que fueron recogidos durante el proceso.

Por esa razón, adelantó que pedirà que se abra una compulsa para que sean investigados otros integrantes de la plana mayor del Comando de Artilerìa y jefes del Grupo de Artillerìa 141 que tenìa asiento en la capital puntana.

De igual forma advirtió que hubo "una estructura judicial" que acompañó el accionar de la dictadura y que hizo lo necesario "para encubrir esos hechos aberrantes" y citò como ejemplo, que a causa del enfrentamiento que murió Cobos y fueron detenidos otras dos personas que circulaban en un auto con él, cuando se los cita a comparecer por esos hechos a solo uno de ellos, ya que "sabían que a Ledesma lo habìan matado" los militares en su cautiverio. Ledesma fue dejado en libertad y entregado a su padre, Segundo Valentín, pero luego, a pocas cuadras de la comisaría segunda donde lo liberaron, fue secuestrado por un grupo de tareas simulando ser una venganza de Montoneros, pero su padre reconció a dos de los hoy inculpados como integrantes de la banda que le arrancó de sus brazos a su hijo, un estudiante universitario de 21 años que se desempeñaba como maestro rural.

Ponce también aseveró que "los últimos que vieron con vida a Santana Alcaraz fueron su profesor de Física y sus 7 compañeros" de estudios que estaban en la clase donde lo sacaron al muchacho, en la Universidad Nacional de San Luis.

Por la descripción que realizó uno de los represores de lo ocurrido, el ya fallecido Jorge Hugo Velazquez, Santana Alcaraz era la otra persona que estaba junto a Fiochetti cuando encontraron los dos cadáveres calcinados en las Salinas de Bebedero, producida el 23 de setiembre de 1976, luego de que operarios de la fábrica de Sal Dos Anclas vieran salir a dos Torinos con nueve ocupantes en su interior de las parvas de sal, que se encuentran contiguas a la laguna que produce el mineral.

Un momento de tensión se produjo en la sala cuando Ponce iba desarrollando su argumento y comparó las situación de Graciela Fiochetti, cuyo cadáver pudo ser identificado por sus familiares, aunque fue devuelto 10 años después por un juez de la democracia, con la situación de los deudos de Pedro Ledesma y Santana Alcaraz "que todavía esperan para encontrar los cuerpos", y una voz que salió del lado donde se encuentran los inculpados -presumiblemente Carlos Pla- dijo: "ni los encontrarán jamas...".

Hoy el querellante formalizará la acusación y pedirá las penas para los procesados, pero adelantó que solicitaría el cambio de carátula para que sean calificados estos hechos como "genocidio".

Cuando terminó la audiencia, hubo un cerrado aplauso para la argumentación del abogado defensor de los derechos humanos. Luego, afuera, en la vereda del edificio del Tribunal Oral de San Luis, hubo abrazos emotivos entre los familiares de las víctimas.

Informe: Gustavo Senn
gustavosenn@gmail.com

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