jueves, 15 de enero de 2009

La plana mayor que acompañó a Fernández Gez reconoce que hubo un plan sistemático

Uno de los ejes en que la querella basó su estrategia, para que se determinen que los que se investigan son crímenes de lesa humanidad, es en el plan sistemático que se aplicó desde las fuerzas armadas para "aniquilar la subversión". La defensa se opuso sistemáticamente a que se utilizara esta denominación. Ayer, con la testimonial de los otros dos integrantes de la plana mayor que acompañó al imputado Miguel Fernández Gez, no quedó lugar a dudas de que no solo hubo un plan sistemático, sino también órdenes específicas para llevarlo adelante.

Tampoco quedan dudas de que la muerte de Graciela Fiochetti fue realizada por fuerzas policiales o militares que en última instancia estaban controladas por el Ejército, en el caso particular de la ciudad de San Luis. Más allá de que se pueda determinar o no quien fue el autor material del disparo que terminó con la vida de la joven de 22 años, ya ni por asomo le pueden achacar esa muerte a Montoneros, como se pretendió en los días en que aparecieron los cadáveres en las Salinas.

En la jornada de ayer declararon los coroneles retirados Gerácimo Quiroga y Carlos Ozarán, también lo hizo el médico militar Luis Serrano.

Nuevamente la intervención del defensor de Luis Orozco, el doctor Eduardo Esley, le aportó a la querella la afirmación del argumento que necesitaba. "Le voy a preguntar algo que acá lo van a inducir para que lo diga", dijo el abogado, y luego se despachó sobre las técnicas del ejército israelí en la guerra moderna, para preguntar luego si "hubo un plan sistemático", con la obvia intención de que respondiera que no, pero ante su sorpresa, Ozarán le respondió que si, y no solo eso, sino que también señaló que había órdenes específicas de como actuar. Aunque entre esas órdenes no reconció que hubiese alguna que estuviera fuera de la ley o pudiera calificarse como delito.

El militar, petulante por momentos, dijo que conocía lo que le planteaba del Ejército Israelí, pero que no había venido a dar cátedra, y señaló que "el Ejército Argentino tenía sus propias estrategias" sobre como combatir a la subversión.

Hizo una distinción entre terrorismo y subversión, dos términos que señaló que se utilizan como sinónimo, pero que en realidad no quieren decir lo mismo. "El terrorismo es un método de lucha", especificó, agregando que era "el único que se animaban a usar" los subversivos, "con el fin de imponer la dominación al pueblo a través del terror", especificó. Casualmente lo que se investiga en esta causa, es la imposición del terror de manos del Estado, para conseguir los otros objetivos no declarados, como la destrucción de la dirigencia social, gremial y política, la imposición de un modelo económico, entre otros "beneficios" que le trajo al país el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.

Ozarán dijo que había conocido después de su paso por San Luis de que hubo desapariciones, a las que calificó como "un delito", también reconoció que supo que se aplicaban torturas, pero que no había presenciado nunca una sesión, aunque finalmente, a pesar de haberlas calificadas como delito, ante una pregunta del abogado de la querella, Enrique Ponce, de si las hubiese denunciado, señaló: "no sé si las hubiera denunciado".

También calificó a la frase del jefe de la dictadura, Jorge Rafaél Videla, refiriéndose a los desaparecidos, como poco feliz, aunque confundió las palabras que había pronunciado; "son un mal necesario", me parece que dijo, pero Videla había dicho otra cosa, en tono de pregunta o reflexión, "el desaparecido es alguien que no está", sintetizaba tras un juego de palabras en el que ponía en duda en qué lugar estaba, si vivo, muerto o en otro lugar del planeta.

Tanto Osarán como Quiroga tenían sus propias "coartadas", por llamarlas de alguna manera, sobre los hechos que se investigan, producidos en setiembre del '76. Osarán no estaba en la provincia y Quiroga había sido designado, a partir de marzo de ese año, a una función del gobierno acompañando al Brigadier Marcilese, lo que lo habría alejado de las acciones propiamente militares.

De lo que tampoco quedan dudas es sobre las reuniones que mantuvieron los camaradas de armas cuando se reabrió la causa. Quiroga dio algunos detalles sobre esos encuentros y dijo que a Fernández Gez lo habían ido a visitar para expresarle su solidaridad.

En relación a la denuncia de Jorge Hugo Velazquez, uno de los elementos tenidos en cuenta para llevar adelante el presente juicio donde están imputados Pla, Becerra, Fernández Gez, Orozco y Pérez, Osarán dijo que en 1986 se presentó espontáneamente en el juzgado mendocino que investigaba el caso, luego de enterarse de la denuncia por la prensa, y allí llevó su legajo completo -"casi del tamaño de una guía telefónica"- para demostrar que en ese momento no tenía como destino San Luis.

"Velazquez hizo un popurrí de denuncias, de personajes y de hechos", dijo Ozarán, descalificando la versión del policía torturador que implicó a quienes hoy se juzga, con el testimonio que brindó ante el juez González Macías.

El último en declarar fue el entonces médico del GADA 141, Luis Serrano, que presenció una de las autopsias y lo que dijo solo aportó algo para la confusión general. Sostuvo que la autopsia que realizó Moreno Recalde a uno de los cadáveres encontrados en las Salinas del Bebedero y que él presenció "durante unos 15 ó 20 minutos, siguiendo órdenes" del teniente coronel Moreno, se realizó "a media mañana del 23 de setiembre". Los cuerpos recién llegaron a la morgue alrededor de las 15 de ese día, como lo han indicado distintos testimonios y documentos.

Tambén señaló que no vio la cara de la persona a la que le estaban haciendo la autopsia, pero que tenía piel "muy blanca" y el pelo "era rubio o castaño claro, largo, hasta los hombros" y que si bien no vio si se trataba de un hombre o una mujer, se inclinaba por la posibilidad de que fuese un cuerpo femenino, ya que era "muy delgado". Moreno Recalde dijo que la autopsia que realizó en presencia de Serrano era la de un hombre, pero que las quemaduras estaban exactamente en el lado contrario a lo que señaló el entonces médico del Gada.

En la presente jornada seguirá la ronda de testigos. Ayer se discutió la presencia del abogado Carlos Acevedo, pero finalmente la querella pidió que se lo hiciera comparecer hoy ante el Tribunal a prestar declaración.

Informe: Gustavo Senn
gustavosenn@gmail.com

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