La del lunes fue una de las jornadas más extensas en el juicio que se le sigue a los represores que actuaron en San Luis durante la dictadura. El testimonio más relevante lo brindó Carlos Paez, el hombre que por su insistencia, descubrió el lugar donde estaba enterrada Graciela Fiochetti en las Salinas del Bebedero. Después testificaron policías que se acordaban poco y nada de lo sucedido, al punto tal que el juez Burad le recriminó a uno de ellos que al momento de hacerle una nueva pregunta llevaba contabilizados 50 "no me acuerdo o desconozco", que volvió a repetir muchas veces más.
Otro dato curioso, que llevó a pedir a Burad un permiso especial a las partes para formular la pregunta, es el hecho de que la mayoría de los operarios de la empresa Ciba están sordos. Uno de ellos explicó que recién hace unos pocos años les proveyeron de protectores auditivos.
Paez, en su extensa declaración, en la que a pesar de las repreguntas de los abogados de la defensa, no cambió nada de lo que ya había dicho en declaraciones anteriores -reflejadas en la nota que publicó este medio- y agregó que unos días antes habían visto a un Torino blanco, similar al que salió de la Salina la madrugada del 26 de setiembre de 1976, donde andaba gente "vendiendo ropa y dando vueltas" como si se tratara de un trabajo previo de inteligencia. (ver nota publicada)
Luis Eulogio Lucero, que actualmente trabaja en Dos Anclas, y tiene una sordera del 80 y 90% en los respectivos oídos, contradijo algunas afirmaciones de las que había hecho Carlos Paez, particularmente el color de los autos, que Paez dijo que eran Blanco y Rojo, mientras que Lucero sostuvo que eran negros con los vidrios polarizados.
Pero leídas sus declaraciones realizadas en 1985, existieron muchas contradicciones con lo que afirmó en aquella oportunidad.
Él junto a otros compañeros de trabajo fueron las personas que vieron el momento en que sacaron a los cuerpos de la fosa donde se encontraban. Reconoció las fotos que le mostraron y contó como había sido su periplo desde el momento en que salió de trabajar, le pidieron que fuese testigo y vio lo sucedido. Iba acompañado por Roque Sánchez y Laureano Árias.
Los testigos de ayer: Carlos Paéz, Aldo Martín Alaniz (policía), Luis Eulogio Lucero, Pantaleón Victor Payero (policía retirado), Hugo Raúl Quiroga (el policía más desmemoriado), Domingo Francisco Escudero (policía) y Mario Ángel Ingolingo.
Informe: Gustavo Senn
gustavosenn@gmial.com
miércoles, 17 de diciembre de 2008
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